sábado, 4 de abril de 2009


Los cuchillos nunca están lo suficientemente afilados.

Las quemadas siempre son constantes.

El fuego nunca es suficiente.

No hay hora de salida.

y aún así...

No lo preferiría de ninguna otra manera.


Aunque bueno, el que vengas y te quieras pasar de verga sometiendo por gusto, hace que sienta ganas irreprimibles de

mandarte

al

carajo

pinche pedazo de pendejo.


Pequeña
e insignificante sanguijuela.

1 comentario:

Moyocoyani dijo...

simon! ke c vaya a laverde! estructura pobre parasito...